Desde su nacimiento en 2017, Casa Agrícola ha pasado por muchas edades en poco tiempo. Los comienzos llenos de ilusión, la recuperación y el cuidado de los viñedos en cada momento, los primeros vinos. Los amigos – muchos amigos – que se han paseado por nuestros paisajes y que han degustado la tierra en forma de vinos. Todo un crecimiento, pasito a pasito, siempre enfocando lograr la excelencia.
Con el viñedo viejo de Giró y Moscatel Romano que se plantó entre 1920 y 1970 en La Marina Alta y las bonitas viñas de Monastrell , Macabeo y Merseguera del Alto Vinalopó estamos cada día más afinados y poco a poco vamos creciendo en pequeño y sumando alguna viñita más. Todo está cultivado en ecológico, en secano y sobre bancales aterrazados con muros centenarios de piedra seca, legado de culturas antiguas vivas en nuestro proyecto. Como disfrutamos de este tesoro.
Nuestra casa – Casa Agrícola – también dispone de una bodega construida en 1900 sobre un antiguo Riu-Rau de origen árabe. Cuando la encontramos, tenía un aspecto muy diferente a la que ahora luce. La hemos restaurado con mucho cariño y ahora duermen allí nuestros vinos, pacientes.
En el último año, también hemos hecho cambios importantes en nuestro crecimiento. La bodega pequeñita se ha ido transformando de joven a adulto. Con las mejoras que hemos realizado, ya somos bodega certificada en la Denominación Protegida de Alicante y con muchos proyectos apasionantes por delante.
Agradecidos por premios (dos veces nombrada bodega más sostenible de España) puntuaciones, artículos y reconocimientos – señal de que lo estamos haciendo bien, de que ponemos nuestra alma en cada paso que damos. El esfuerzo por embotellar este bonito rincón mediterráneo en cada botella. Un reto personal, un proyecto en familia. Esta bodega está viva, y evoluciona, por muchos años más.
