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El Lloro de la Vid

El final del invierno se acerca en la Finca de Abargues. Un invierno de pocas lluvias. Nuestras viñas han estado silenciosamente durmiendo. Descansando, pero al mismo tiempo, recogiendo reservas desde sus profundas raíces. Aunque ha habido pocas precipitaciones, las plantas encuentran lo que necesitan. Y después de este reposo tan necesario, empieza a calentarse poco a poco la tierra que las nutre.

Con el cambio de temperatura y las cada vez más horas de sol, nuestras vides empiezan a “respirar” y se van desperezando lentamente. Lo primero que hacen al despertar, es llorar.

¿Sabías que este proceso se llama “el lloro de la vid”? Este término tan bonito es cuando las viñas empiezan a movilizar las reservas de la planta y a segregar savia, derramándose por los cortes de la poda, cubriendo y sanando esas “heridas”.  Sus lágrimas también sirven para proteger las plantas de plagas y otras enfermedades. Este pequeño milagro las alimentará y dará lugar al crecimiento de las hojas y los frutos.

El viñedo es un ser vivo y se va adaptando de manera sorprendente. Con el cambio climático, los tiempos han ido variando: los tiempos de poda, de brotación, de vendimia.. Nosotros también nos vamos adaptando, siempre vigilando muy de cerca, cuidando estas vides con mimo, esmero y una dedicación casi religiosa todo el año.

En primavera comienza el espectáculo. Cuando brotan las primeras hojas, hay que estar muy atentos ya que empieza la magia de un nuevo ciclo de vida.

Visítanos y contempla la lagrima de la vid en directo

Te estamos esperando.

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