Muros de Piedra Seca

La construcción de edificaciones con piedra seca es una tradición milenaria que en la actualidad se da sobre todo en las zonas rurales. Consiste en edificar utilizando piedras de diferentes tamaños que se hacen encajar como si fuera un puzzle. Este sistema de construcción no utiliza argamasa o mortero para su sujeción, sino que se basa en el perfecto encaje de las piedras utilizadas. Esta ausencia de argamasa hace que un muro de piedra seca no tenga la debilidad de vencerse por el deterioro de aquella. Si algo puede afectar a estas edificaciones son cambios geológicos en el terreno y no su propia construcción.

Esta construcción se considera un arte ya que, como hemos comentado, tiene miles de años. Principalmente podemos encontrar construcciones de piedra seca en el sector de la ganadería y agricultura, donde los muros de cierre levantados de esta manera se utilizan para delimitar propiedades u otras áreas. Carecen de impacto negativo sobre el terreno y son muy duraderas. También se adaptan perfectamente a la climatología y geología de cada zona en la que se llevan a cabo.

En España es muy común encontrar edificaciones de piedra seca en las zonas del norte: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco. En nuestro caso, hemos utilizado esta técnica constructiva para levantar muros que crean terrazas en nuestros viñedos. En la Marina Alta, nuestra zona, la construcción de muros de piedra seca es una herencia proveniente de los árabes y posteriormente de los mallorquines repobladores. En las fotos que acompañan este articulo podéis ver cómo hemos aterrazado los viñedos de la variedad Giró en Abargues.

En 2018, y tras la presentación de una candidatura impulsada por ocho países europeos, la Unesco reconoció esta técnica de construcción como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Los países que impulsaron esta medida fueron Chipre, Croacia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Italia y Suiza.