En estas fechas en Abargues, estamos con la vendimia manual de Giró. Esta variedad nunca nos deja de sobrecoger y maravillar. Hemos recogido unos racimos preciosos, prietos, crocantes. Cómo puede florecer y desarrollarse en la situación de extrema sequía que tenemos en la Marina Alta es un verdadero milagro de la naturaleza.
Existen dos hipótesis sobre el origen de esta joya. Una de ellas es que puede ser una variedad del Norte, traída por los árabes, una aclimatación de la Garnacha. La otra hipótesis es que es procedente de Alicante, Cerdeña o Mallorca. En los próximos años se sabrá más con los estudios genéticos que están realizando sobre esta variedad la Universidad Politécnica de Valencia.
La Giró es una variedad muy antigua, prefiloxera y estuvo al borde de la extinción, posiblemente debido a la complejidad de su cultivo y baja producción. Es por esto mismo que amamos esta uva, que intentamos cuidar y preservar como se merece. Estos cuidados significan estar muy pendientes de cuidar los suelos. En esta cosecha, llevamos ni más ni menos que 6 labras, que básicamente es remover los suelos para eliminar otros tipos de vegetación que pueda quitarle agua de las cepas.
Las bayas de Giró tienen una perfecta forma circular con la pulpa y hollejo del mismo color violeta-azulado. Los racimos son revisados uno a uno, quitando lo que pueda estar sobremadurado o no perfecto, para poder extraer la expresión más fresca posible para nuestro Giró de Abargues y Fierroca. Todo proceso en estos vinos es manual y con la máxima delicadeza de principio a fin.
La gran capacidad de adaptarse a su lugar y el poder de la Giró y otras variedades antiguas nos emociona. Nos aprovechamos de su sabiduría, de su sostenibilidad natural, sobre todo de su propio ADN para que nuestros vinos te transporten a la auténtica frescura del monte Mediterráneo.
