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Cosechando vida

El momento más vibrante del año en la viña

Hemos finalizado el momento más vibrante y desafiante del año para quienes cultivamos la vid: la vendimia. Hace unas semanas comenzamos esta etapa crucial, y desde entonces, las emociones se entrelazan sin tregua – nervios, adrenalina, preocupación, ilusión, calor y agotamiento conviven en cada jornada. Es un privilegio poder ser testigo de todo el proceso: ver cómo estas antiguas cepas, que parecían secas y dormidas, se reviven y se transforman en un estallido de vida, con hojas frondosas y racimos densos, resultado visible de meses de manejo cuidadoso. Después de más de 30 años observando este ciclo, sigue pareciéndome un milagro que la tierra nos regale. Es un privilegio poder contrastar y verificar las sensaciones que nos daban las plantas en verano como se traducen en vinos acabados y verificar como es la añada (esa 2025 es bien rica y equilibrada).

Vendimiar: mucho más que recoger uvas

Vendimiar no es solo recoger uvas. Es entrar en sintonía con la planta, entender su ritmo, su lenguaje. Es saber cuándo cortar, cómo hacerlo, y con qué cuidado. Es una labor que exige precisión y respeto profundo por una tradición milenaria. Los días son largos, el esfuerzo físico y mental es intenso.

La conexión entre el ser humano y la naturaleza

La vendimia es una interacción entre el ser humano y la naturaleza, donde cada paso cuenta. Y aunque agotadora, es también profundamente gratificante. Porque al final del día, lo que recogemos no es solo fruta: es historia, esfuerzo, y la esperanza de hacer un vino que contará toda la dedicación y el paisaje en cada sorbo. La toma de decisiones se realiza con una mezcla de intuición, sabiduría acumulada, cata y ciencia – mucha ciencia también que nos ayuda a tratar de comprender, aprender y repetir o no en las siguientes añadas si el vino es un acierto o debe mejorar en algún aspecto.

Cómo decidimos el momento exacto de vendimiar

Durante el verano vemos como la planta nos habla, que historia nos cuenta y como es la influencia del clima. Medimos hojas, distancias de los entendidos, diámetro del entre nudo, número de racimos etc.

Y es a partir de Santa Ana (cuando pintan las uvas) que empezamos a analizar mostos, pesos de baya, pH, acideces múltiples que nos van guiando. La última decisión, el momento clave de la vendimia se realiza en una conjunción de visión, cata y últimas mediciones.

Visión: lo que la planta nos muestra

Que nos ayuda a ver con el raspón, la coloración de la piel, coloración o agostamiento de los sarmientos, el pincel que une la baya al raspón que no hay rastros verdes y la uva tiene bastantes antocianos.

Cata: lo que la uva nos dice

Que la uva no tenga rastros vegetales, que la piel tenga taninos dulces, que las semillas sean crocantes y lignificadas.

Medimos: ciencia y precisión en el viñedo

Con Dyostem que la planta carga y produce azúcares, que los pesos de baya no disminuyen que la carga de azúcares es continuada y ascendente y siempre mayor a 10 mg/l/día.

Hasta que un día está la cosa, todo cuadra, todo se alinea, te envalentonas y arrancamos a vendimiar.

La magia final: el vino de la añada 2025

La suerte está echada. En 2-3 años disfrutaremos ya de los primeros vinos tintos de la añada del 25. Esperamos los disfrutéis tanto como nosotros hemos disfrutado elaborándolos.

Si te apasiona el mundo del vino, te invitamos a visitarnos y descubrir de primera mano cómo vivimos la vendimia en Casa Agrícola. Puedes reservar una visita o una cata en nuestra bodega.

Salud


Ven a visitarnos durante la vendimia y conoce nuestra bodega

Te estamos esperando.

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